Para poder hablar de los cambios que hay en el mundo laboral, creo que
antes habría que darse cuenta de que hay cambios en todos los sectores. Como ya
dije en mi otra entrada, el mundo es algo líquido, algo cambiante
continuamente, y no podemos fijarnos solo en que hay un cambio en un sector.
Es cierto que estamos en un período complicado para el trabajo, pero es en
estos momentos cuando la gente desarrolla y explota al máximo su potencial.
Las cifras de paro son escalofriantes, el paro ronda el 24% (datos
obtenidos por el INE), el 70% de los desempleados son jóvenes entre 20 y 25 años, el 66%
de las empresas han visto recortado su presupuesto con respecto a 2011. "Esto ha provocado que se hayan congelado las contrataciones y han
tenido que recurrir incluso a despidos, esto no es ninguna novedad".
En uno de los artículos leídos, he leído algo que me ha dado que pensar, y
gracias a ello he sacado la reflexión de que todo está en constante
cambio. Javier Elzo, catedrático de Sociología de la Universidad de Deusto
dice: "Lo que es una trampa es comparar a los jóvenes
de ahora con los de antes, lo que hay que comparar es una sociedad con la otra.
Los valores que cambian son los de toda la sociedad”.
Quizás por ello, un profesional de la RR.PP deba poseer unas cualidades las
cuales antes, no eran necesarias.
Bajo mi parecer, un buen comunicador debe empatizar. Esa característica
quizá sea la más importante. Una persona debe conectar con su público, debe ser
entendido, y debe despertar interés en las personas hacia las que se dirige.
Fundamental, ser un buen comunicador, debe ser claro, no dar rodeos, tiene
que dar un mensaje, debe llegar a su público, y debe ser entendido. Un
comunicador no debe dar vueltas a un mensaje, porque lo único que puede
conseguir es liar y hacer que la gente pierda interés.
Debe ser proactivo, no hay que tener miedo a lo nuevo. Como bien dice
Bauman “Cuanto más nos preocupamos de lo desconocido, más tiempo pasamos sin
conocerlo”.
Si al final de este camino en el que estoy inmersa, como es el de la
publicidad y las relaciones públicas, finalmente me dedicase a éstas últimas,
creo que se me daría bien empatizar. Me gusta conectar con las personas con las
que trato, y hacerlas sentir bien, que sientan que estoy escuchando e
interiorizando la información que están compartiendo conmigo. Sé que es
una característica complicada, ya que no con todo el mundo puede haber ese
vínculo especial, pero considero que un buen relaciones públicas debe crearlo.
Leyendo los artículos, en especial el de “El ‘profesional orquesta’ marca
el ritmo”, me doy cuenta de que las empresas ya no solicitan a personas con
títulos, “cualquiera que aspire a sobrevivir y tener éxito en su carrera no
puede conformarse con la especialización en una determinada área”. Ya no es suficiente contar con una carrera.
Según Puri Paniagua, socia de Neumann International, “lo importante es
contar con unos conocimientos en profundidad de una determinada materia e ir
desarrollando aptitudes relacionadas con esa profesión”.
Es necesario tener intereses. Podemos estar agradecidos de la cantidad de
cursos que se ofertan, debemos aprovecharlos. Cuando salgamos al mercado
laboral, seremos licenciados en PPyRR, pero hay cientos de éstos, debemos saber
que las empresas no quieren ver solo eso en un currículo.
El informe del observatorio de mercado laboral (IAB_2011) nos ofrece
el dato de que el 84% de los consultados dedica más de una hora a la
semana a la autoformación.
Creo que lo más importante no es lo que piden las empresas. Son requisitos
necesarios, pero hay que pararse a pensar y ver más allá. Ninguna empresa
solicita gente trabajadora (especializada, claro está), pero sí que solicita
gente con idioma. No se solicita gente con intereses, pero sí gente con
experiencia laboral (un tema en el que no me meto, porque considero que es el
pez que se muerde la cola, si no me das trabajo, no tendré experiencia). No se
solicita gente que empatice, pero sí gente con títulos. Nunca se pregunta si
sabes trabajar en grupo, lo cual considero importantísimo.
Por lo que, para acabar a modo de resumen, las empresas piden cosas que son
necesarias para poder estar en su equipo, pero deberían valorar otras cosas
para tener un “pack” completo. No dejemos que gente tan cualificada como hay en
España acabe yéndose a otros países.
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