En este post, voy hacer un
viaje y recordar mi primera entrevista seria.
Como creo que es normal,
estaba bastante nerviosa, porque era un puesto que me interesaba mucho, y de lo
que acababa de estudiar.
La experiencia fue
gratificante. Hasta que no pasas ese momento no te lo imaginas así. Aunque hayas
practicado en casa, hayas leído las preguntas más frecuentes, debes hacerla en
realidad para darte cuenta de que la cosa va en serio.
No puedo imaginarme ir a una entrevista sin habérmela
preparado antes, porque con todo lo que practique, ensayé… me puse nerviosa y
había veces que me costaba entender y asimilar la información aportada por el
entrevistador.
Antes de que llegase el día, me dediqué hacer
un seguimiento de la empresa, ver en qué sector destacaba más, cuántos
integrantes componían la empresa, el nombre del jefe, el por qué del nombre de
la empresa. Actualicé mi CV, añadiendo mis últimos estudios, y adaptándolo para
la nueva situación a la que iba a enfrentarme.
Preparé hasta mi vestuario, escogiendo la camisa
de color azul, porque leí varios post en blogs de lo importante que es la
comunicación no verbal en estos casos. El color azul tiene la particularidad de
permitir que la persona proyecte que está en control, que sabe de lo que habla.
También tiene otras ventajas, proyecta calma, estabilidad, confianza y
seguridad en uno mismo.
La entrevista se compuso de varias preguntas,
empezando por qué me interesaba ese trabajo, y que le dijese lo que mas me
gustaría hacer en esa empresa, hasta acabar por la que más me costó contestar, ¿por
qué desea empezar a trabajar tan joven cuando aún tiene tanta vida por delante?
No estaba preparada para esa pregunta tan directa. Había practicado muchas
preguntas a cerca del trabajo, pero no para saber contestar sobre algo tan
íntimo y que tanto me hizo pensar.
Aun así la experiencia fue muy grata, el entrevistador
me hizo sentir muy cómoda.
Salí satisfecha y aprendiendo una cosa muy
importante, una entrevista siempre va a ponerte nerviosa y te va hacer sentir
que no sabes mucho, pero una vez que la pasas y la analizas, te sientes
orgullosa de haberla realizado.
La actitud con la que se va a una entrevista en muy importante
Nunca he tenido que realizar una entrevista por
videoconferencia, pero supongo que tendría en cuenta las mismas cosas que tuve a
la hora de hacerla presencial. La única ventaja que le veo, es que estás en un
lugar que ya conoces y te hace sentir más cómoda.
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